Tal y como avanzó el propio alcalde Juan Soler, entre las ideas que mantiene el gobierno local está la congelación del IBI, que para la mitad de los vecinos supondrá bajada efectiva por la orden ministerial de adecuarlos, ya que el tipo general aplicado por el Ayuntamiento pasa del 0,478 al 0,436 por ciento. Por tanto según el concejal de Hacienda, Fernando Lázaro, cualquier recibo será igual o inferior al de este año y más de la mitad de los vecinos pagarán menos.
Además se aplican exenciones en el ICIO, reducción de plusvalías, ayudas extra para familias o congelación de todas las tasas y precios públicos. Lázaro ha asegurado que los principios que inspiran las ordenanzas son la reducción de impuestos, la congelación de tasas, la facilidad del usuario en su relación con la administración y la garantía de funcionamiento para el Ayuntamiento y los trabajadores municipales.
Por su parte casi toda la oposición se ha abstenido. La portavoz de UPyD, Esperanza Fernández, ha asegurado que no se pueden instaurar en el “cuanto peor, mejor”, mientras que la concejala de IU Silvia Uyarra ha destacado que oponerse a las ordenanzas supondría una subida efectiva de impuestos. Mientras tanto Cristina González, concejala del PSOE, ha justificado su oposición ya que no se recogen sus peticiones de mayores rebajas del IBI y gratuidad en precios públicos para parados y pensionistas, es decir, que no son “ordenanzas justas” y “excluyen a quien peor lo está pasando”.
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