“Puede ser un abogado que quiera asesorar, un acompañante o parroquias o colegios que puedan ceder locales”, explica José Miguel Sopeña, delegado de Migraciones de la diócesis. Con todos los recursos que se consigan en las parroquias del obispado se elaborará un listado, que se enviará a las administraciones para que lo sumen a los recursos públicos que se destinen.
“La primera responsabilidad de acogida corresponde a la administración y la Iglesia llegaría donde no puede llegar”, puntualiza. Igualmente, este miércoles, se ha enviado una carta a los alcaldes para manifestarles que desde el obispado se “está a su disposición” con los recursos personales y materiales de la diócesis.
Además, también se organizará un encuentro de oración que se celebrará en la catedral de la Magdalena. Sopeña también ha querido llamar la atención sobre el debate de fondo: la situación de las migraciones, independientemente si se deben a la guerra o al hambre. “No se puede estar diciendo que vamos a acoger a estos refugiados y por otro lado levantar vallas y cuchillas ante nuestras puertas sin preguntar ni siquiera a esa gente qué es lo que les pasa”.
Comentarios