El lago de Loranca albergará un nido para una pareja de cigüeñas que acuden al lugar a diario para alimentarse.
Los dos ejemplares tardarán al menos dos años en instalarse debido a las dificultades de anidamiento de esta especie.
Se ha elegido este emplazamiento por sus características ideales, ya que las cigüeñas necesitan otear su entorno. Es por eso que casi siempre anidan en torreones y campanarios.
Los nuevos inquilinos del lago enriquecerán aún más su ecosistema que, con 81.000 metros cuadrados dispone de 450 aves y más de 3.000 árboles de diversas especies.
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