Es una “batalla ganada”. Así lo califica Montserrat, la madre de este agente vecino de Griñón, ya que en un primer momento la propuesta de la Guardia Civil era apartarlo definitivamente del servicio, y así, de su “sueño”. De momento se queda la sanción en tres años de suspensión de empleo, ya que según Montserrat se busca adecuar la sanción al hecho, ya que de lo contrario en la Guardia Civil un mero error formal sería castigado igual que un asesinato.
En cualquier caso ahora la familia recurrirá al Contencioso Militar, pero esperan que lo antes posible se resuelva el indulto que solicitaron al gobierno de Mariano Rajoy para que se termine con la sentencia “desproporcionada” de tres años de cárcel por equivocarse en una multa de tráfico que no tuvo consecuencias económicas para nadie, según la familia.
Los hechos que dieron inicio al proceso judicial sucedieron a finales de 2012. Según su familia el agente se confundió de mes al rellenar el boletín de denuncia en una infracción de tráfico, y pese a rectificar en un pliego de descargo posterior que anulaba la misma, la conductora denunció ante los juzgados de Fuenlabrada. La Audiencia Provincial de Madrid condenó al Guardia Civil, de 26 años, a tres años de prisión y dos de inhabilitación por falsedad documental; una sentencia “desproporcionada” para su madre Montserrat.
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