Se trata de un sistema de sensores que monitoriza la posición en 3D de las personas en una casa. Sería un método especialmente interesante para las personas mayores que viven o pasan gran parte del tiempo solas en sus hogares.
José María Cañas, profesor de la Escuela de Telecomunicaciones y responsable del Grupo de Robótica de la Universidad, ha puesto esta investigación como un ejemplo de la robótica aplicada al bienestar de las personas. Este sistema enviaría una alarma en cinco minutos de haberse producido la caída.
Dentro de la Semana Europea de la Robótica, en el campus fuenlabreño de esta universidad se ha realizado una jornada sobre este asunto, en la que se han podido ver otros proyectos de este grupo de trabajo. Entre ellos un robot humanoide, utilizado como herramienta terapéutica para estimular a los pacientes y evitar o ralentizar el deterioro cognitivo.
Cañas asegura que la robótica ya no se utiliza sólo para usos industriales, sino que cada vez tiene más aplicaciones para la vida doméstica, como el robot aspiradora o el robot que puede llegar a ayudar al cirujano en una operación.
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