Pablo Sánchez fue elegido en primarias pero apartado después de la operación Púnica porque, aunque no está imputado ni por esto ni por el caso del tranvía, la gestora del PSM consideró que no era idóneo. La polémica acompañó a los socialistas en los últimos meses, pero no se ha cerrado tras las elecciones.
Y no lo ha hecho porque el PSOE ha obtenido sus peores resultados históricos, cuarta fuerza política y cinco concejales, en una ciudad en la que nunca habían perdido y en la que hace poco más de cuatro años todavía tenían 20 concejales. Unos resultados pésimos que, según Sánchez, no justifican haber “pisoteado” los derechos de la militancia.
El es candidato, todavía portavoz en funciones del grupo socialista, cree que esta decisión “errónea” debería motivar que la gestora pidiera públicamente “perdón” por los 10.000 votos menos cosechados.
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