El CEART de Fuenlabrada expone la obra Santiago Martín como uno de los artistas emergentes del año.
Al observar una obra de Santiago Martín, uno tiene la sensación de haber llegado demasiado tarde, o quizá de haberse adelantado a lo que debía acontecer sobre el lienzo.
Por una vez, el arte abandona su posición de testigo privilegiado del mundo y se limita a captar, casi con aleatoriedad, lo que ocurre en lugares comunes y a destiempo.
Martín, natural de Madrid, juega con maestría en este concepto de atención desviada y, en ocasiones, llega a mostrar la misma obra en horas diferentes de un mismo día, desahogada de atenciones, a veces, e incluso desértica cuando ya no tiene nada que ofrecer. Y es que incluso entonces siguen existiendo esos espacios, protagonistas anónimos a los que Santiago Martín, ha querido prestarles atención.
Quizá por eso el Centro de Artes Tomás y Valiente de Fuenlabrada le ha elegido como uno de los artistas emergentes de este año, y expone una muestra de sus obras en la Sala C Roja, hasta el 21 de octubre.
Se trata de una colección de oleos sobre lienzo o madera, en los que también se permite licencias figurativas como colages.
Cuadros en los que el espacio se convierte en un personaje latente más allá del tiempo de su espectador; cuadros en los que, a veces, el foco de atención se esconde a simple vista; y cuyos protagonistas, quizá pasaron por allí, aunque en otro momento. Cabe preguntarse entonces, hasta que punto el cuadro continuará vivo, aún cuando cierre el museo por la noche y nadie los mire.
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