El CD Leganés supo aguantar en la primera mitad la clásica intensidad del equipo local que se juega la vida. Los de Pablo Alfaro se encomendaron al contraataque en Lleida y funcionó, ya que en el minuto 21 Fer Ruiz adelantaba a los peineros en el marcador. Aguantando las embestidas rivales el partido llegó al ecuador, y entonces, todo cambió.
Apenas pasaban 20 segundos del reinicio cuando Imaz perforaba la meta leganense desde el vértice del área pequeña. Un gol que a Pablo Alfaro le dolió “en el alma”, como después reconoció en sala de prensa. Con el empate en el marcador la grada ilerdense volvió a apretar y Mata puso el 2-1 en el electrónico de cabeza.
Es un tropiezo, pero no es definitivo. El partido de vuelta en Butarque (domingo 2 de junio, 19:00h.) supondrá la última oportunidad para remediarlo haciendo valer el gol marcado fuera de casa. El técnico Pablo Alfaro confía en la remontada de la eliminatoria gracias al empuje de la grada blanquiazul.
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