El concejal de Urbanismo, José Manuel Vázquez, ha manifestado en el último pleno, que están trabajando para el entierro de la A-42 cuyo proyecto está hecho entero y ya hay aportados 200 millones de euros por parte del Ministerio de Fomento.
José Manuel Vázquez ha indicado que el Gobierno regional ya les ha dicho que no va a participar, pero ha advertido que seguirán insistiendo porque Getafe es un pueblo de la Comunidad de Madrid.
El director general de Carreteras del Ministerio de Fomento, Aureliano López, y la subdirectora de Proyectos, María José Rayo, presentaron en Getafe el proyecto el 2 de julio de 2009 y supone actuar sobre seis kilómetros de la autovía de Toledo (A-42) a su paso por Getafe entre las carreteras M-50 y M-45 de los que un tramo de 4,2 kilómetros será el que vaya enterrado parcialmente.
La nueva autovía tendrá entre tres y cuatro carriles por sentido, dependiendo de los tramos, con una anchura mayor que la actual, además de vías de servicio laterales y enlaces mediante glorietas elevadas y a nivel en el barrio de El Bercial, zona centro y sur, y Sector Tres, junto con plataformas de transporte público que transcurrirán por el centro de la calzada y que por seguridad irán al aire para facilitar la ventilación en caso de accidente.
Según el proyecto, el soterramiento se realizará mediante la depresión de la calzada y la construcción de una losa superior sobre la autovía soterrada que tendrá entre 60 y 70 metros de anchura, dependiendo de las zonas, y con diez puntos de pasos transversales para peatones y vehículos, en algunos casos, ya que no es posible, por seguridad, cubrir un túnel de 4,2 kilómetros aunque supondrá una reducción del efecto barrera con respecto a la situación actual.
El alcalde de Getafe, Pedro Castro, hizo pública por primera vez su idea de enterrar la A-42 en 1998 y, posteriormente, el 9 de mayo de 2005 la entonces ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, y el alcalde firmaron un convenio por el cual se estipulaba el soterramiento con la recuperación de cuatro millones de metros cuadrados en superficie para zonas verdes y de esparcimiento, y la eliminación del impacto acústico que supone el ruido de 160.000 vehículos pasando a diario por esta autovía, junto con un ahorro energético y de reducción de CO2 a la atmósfera.
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