En su declaración, el acusado ha relatado que su mujer había tomado la decisión de separarse y asegura que tenía otra relación. La noche del 12 de abril de 2011, según su testimonio, no podía dormir y fue a dar un paseo. Afirma que cogió un cuchillo instintivamente y que “no tenía claro si reconciliarme o agredirla” Lo cierto, es que, dice, fue a casa de su suegra para hablar con su esposa y darle otra oportunidad, pero tras esperarla en el rellano de la casa, se abalanzó contra ella al salir la mujer del ascensor y la clavó el cuchillo.
Asegura el inculpado que “que no era consciente de mis actos” y que sólo “quería que sintiera el dolor “que él padecía. Dice que todo fue rápido y confuso y que no recuerda bien los hechos porque “se me fue la cabeza y mi intención no era ir más allá”.
Por su parte, la víctima ha relatado su brutal agresión y ha asegurado que nunca pensó que su marido llegaría a ese extremo. “Yo siempre tuve miedo de él, pero no pensé que llegaría a tanto. Me daba miedo estar con él a solas”.
Afirma que al salir del ascensor la agarró del cuello, le clavó el cuchillo en la garganta y a pesar de que le pedía que por favor parara, él le contestaba “ni por favor, ni nada”. Entonces la mujer se hizo la muerta y sólo cuando escuchó sus pisadas alejándose, se levantó.
La esposa asegura que la crisis matrimonial se remontaba a cuando ella estaba embarazada. A partir de entonces sufría maltrato psicológico, la insultaba delante de sus hijos y la amenazaba con suicidarse si rompía su matrimonio.
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