El acusado afirma que es alcohólico desde su juventud, algo que con su pareja le causaba fuertes discusiones, por eso ha declarado que pudo más el alcohol que él. Asegura que el día de los hechos “estaba descontrolado. Con el alcohol yo no era yo”.
Según el fiscal, el procesado inició una discusión con su pareja en la noche del 16 de enero de 2011, en cuyo transcurso cogió un cordón y se lo pasó por debajo del cuello, apretando fuertemente hasta que la estranguló, causándole la muerte por asfixia mecánica y por lo tanto, parada cardiorrespiratoria.
El procesado está acusado de un delito de asesinato, con el agravante de parentesco. El fiscal pide una condena de 20 años de cárcel e indemnización con 30.000 euros a cada uno de los cuatro hijos de la fallecida.
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