El pasado martes las AMPA de las escuelas y colegios que van a ser clausurados el próximo curso, entre ellas dos de Leganés, se reunían con la consejera de Educación, Lucía Figar, que aceptaba estudiar las alternativas que proponen los padres y madres para evitar el cierre de instalaciones.
Sin embargo, en pleno proceso de “estudio”, la Dirección de Área Territorial Educativa Madrid Sur envió el pasado jueves una carta a la escuela para que los padres pidieran plaza en otro centro en el que también tuvieran hijos estudiando. El problema es que en esa carta se asegura que el proceso se debe a la próxima fusión del Valle Inclán con el colegio Calderón de la Barca, lo que supondrá el cierre del primero a pesar de que la decisión no debería estar tomada según el compromiso de la consejera.
A juicio de uno de los padres de la escuela, Pablo Robles, se trataba de una estrategia para que los padres pidieran el traslado de los niños y se justificase aún más el cierre de la escuela por la pérdida de alumnos. Mientras tanto, al día siguiente el director de la DAT-Madrid Sur se apresuraba a anular esa solicitud y lo achacaba a “un error”.
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