En 1994 se dio un importante impulso a la zona natural del sureste de la región convirtiéndola en Parque Regional. Se cumplen veinte años de aquel hecho y sin embargo para organizaciones ecologistas no hay “nada que celebrar”. Ecologistas en Acción, ARBA, El Soto, GRAMA y Jarama Vivo han puesto encima de la mesa algunos de los problemas que perviven en la zona.
Lo más grave ha sido echar en cara a los políticos que el crecimiento urbanístico desaforado les haya hecho plantear proyectos sin contemplar su impacto ambiental, como fue el caso de un campo de golf en Getafe en 2009 o un complejo de esquí acuático en Ciempozuelos en el 2000, ninguno de los cuales se llegó si quiera a comenzar por su imposibilidad de realización.
Además critican que el parque carece de instrumento de gestión y de órgano de participación ciudadana después de que en 2010 desapareciera la Junta Rectora del parque. Y, con especial gravedad, el portavoz de Ecologistas Raúl Urquiaga destaca la mala conservación de algunas zonas, con humedales en situación crítica, gravera “alegales”, vertidos ilegales en muchos tramos de los ríos o con una agricultura invasiva y con un alto gasto de agua.
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