Magdalena Sánchez, enfermera y carmelita del Sagrado Corazón de Jesús en San Martín de la Vega, lleva toda su vida cuidando de enfermos mentales en las cárceles, primero en la de Carabanchel y desde hace dos décadas en el centro penitenciario de Valdemoro. Por ello ha sido reconocida con la medalla a toda una vida de entrega, otorgada por Instituciones Penitenciarias.
Del mismo modo Pablo Morata, delegado de pastoral penitenciaria en el obispado de Getafe, ha recibido la medalla en representación de los 60 voluntarios que, además de realizar una labor religiosa, acompañan a los presos y fomentan su reinserción en la sociedad a través de la asociación “Entre Pinto y Valdemoro” y de sus pisos de acogida en Alcorcón y el centro Isla Merced en Casarrubuelos.
Precisamente Morata ha pasado por los micrófonos de Hoy por Hoy Madrid Sur, donde ha destacado que el premio reconoce la labor de todo un grupo de voluntarios, y ha recordado que lo más importante es el trabajo de reinserción para que su libertad no se vea coartada por estereotipos sociales.
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