Los controles de velocidad se llevarán a cabo especialmente en zonas sensibles, como la Avenida de las Américas, Parla Este o Avenida de los Leguarios, después de que los vecinos hayan expresado su “preocupación” por la excesiva velocidad de los vehículos en estas áreas.
Dichas quejas han sido ratificadas por una campaña promovida por la Dirección General de Tráfico de control de velocidad en el casco urbano, que según el consistorio reflejó que “la mayor parte de los vehículos que atravesaban estas zonas rebasaban considerablemente los límites” de velocidad.
Entre las novedades que incluye la externalización del servicio destaca la instauración de radares móviles, aunque además, según el consistorio, a partir de ahora una parte de los agentes contarán con un dispositivo electrónico, una “PDA”, que sustituirá al tradicional boletín de multas de papel y que estará conectada a la Dirección General de Tráfico para facilitar la obtención de datos de los vehículos.
Al respecto el alcalde ha querido aclarar que la medida “no tiene un fin recaudatorio” y que los agentes seguirán siendo “los únicos que podrán interponer las sanciones”. Además los datos personales de los sancionados no estarán “nunca” en manos de terceros. Algo que ya manifestaba la primera teniente de alcalde en el último Pleno ordinario en el que la oposición criticaba la externalización del servicio.
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