Divas Divinas: Amy Winehouse, la estrella estrellada

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Divas Divinas: Amy Winehouse, la estrella estrellada

Nacida en los suburbios de Londres y de familia judía, Amy Jade Winehouse se caracterizó desde su adolescencia por su poderosa voz, con un registro de contralto que la convirtió en una excelente intérprete de jazz, R&B y soul, comparado incluso con las mismísimas Sarah Vaughan y Macy Gray. A los 13 años empezó a componer sus primeras canciones con su guitarra y  cuando, con 20 años, debutó con su disco “Frank” fue un bombazo en Reino Unido. Se dispararon las críticas alabando su potencial y hasta fue nominada para los premios Mercury. Éxito que se multiplicó tres años después con su segundo álbum “Back to black” con el que consiguió 5 premios Grammy, entre los que recordamos el de Canción del año, Grabación del año y Mejor artista nuevo. Convirtiéndose en la primera mujer en ganar la mayor cantidad de galardones en una sola noche y la primera artista británica en conseguirlos.

Desde aquí Amy se colocó en el punto de mira de la prensa especializada y de la rosa. No era para menos. Su estilo personal, sus nada discretos tatuajes y su peinado “beehive” sirvió de inspiración para diseñadores como Kart Lagerfeld. Esto, acompañado de una agitada vida personal envuelta en problemas legales, desajustes alimenticios, depresión, adicción a las drogas y el alcohol; así como ciertos comportamientos autodestructivos, fueron los detonantes de una muerte anunciada salpicada de tragedia y éxito. De hecho, a partir de entonces su disco “Back to black” se ha convertido en el álbum más vendido del siglo XXI en el Reino Unida y, por ejemplo, en 2012 se la ha incluido en el listado de las “100 mejores mujeres en la música”.

El 23 de julio de 2011 fue encontrada muerta en su apartamento tras sufrir un colapso ante el síndrome de abstinencia. Algo que se supo meses después, ya que al principio se asoció a sus múltiples adicciones, pero no había consumido drogas. Sin embargo, en su apartamento se encontraron tres  botellas de vodka vacías y su tasa de alcohol en sangre era 5 veces mayor que el límite de conducción, es decir, un porcentaje con fatales consecuencias.

No sabemos en sus últimos momentos recorrió toda su vida. Pero de ser así, pasaría por la banda de rap que fundó con 10 años, la escuela de teatro en la que estudió tres años y de la que fue expulsada por llevar un piercing en la nariz y no ser “aplicada”, o sus primeras canciones escritas en plena adolescencia que después empezó a cantar en pequeños bares de Londres y más tarde con su pequeña banda de chicas. Tal vez repasó las caras de sus novios, amantes o ex marido, las portadas que protagonizó o, incluso, las de sus fans. Puede que recordará su último concierto. El que protagonizó en Belgrado un mes antes de su desaparición y que fue calificado por sus seguidores como “desastroso” o “escandaloso”, y por la crítica como “el peor concierto jamás visto”, ya que se subió al escenario totalmente ebria.

Sin embargo, la muerte resucita la fama y convierte al artista en mito. Al poco de su fallecimiento, Winehouse volvió a los primeros puestos de las listas de éxitos de todo el mundo y en la ceremonia de los Grammy se llevó el Premio al mejor dúo, por el tema que grabó junto a Tony Bennet y que abriría su tercer álbum, ya póstumo, “Lioness: Hidden Treasures”, con canciones inéditas grabadas desde 2002.

Pero cuando se cierran los ojos y se piensa en Amy Winehouse lo primero que escuchamos son los acordes, casi autobiográficos, de su mayor éxito: “Rehab”, que ya forma parte de la banda sonora de un tiempo y de nuestras vidas.

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