Los objetos se vendían en su embalaje original y por un precio inferior al de mercado, aunque en ocasiones su destino final eran los países de origen de los miembros del grupo, Guineas Ecuatorial y Nigeria.
En los registros practicados, se han intervenido 2.300 euros y 400 dólares en efectivo, 15 teléfonos móviles, cuatro televisores de alta gama, tres ordenadores portátiles, cuatro cámaras de fotos, una videocámara y un equipo de música.
Un portavoz de Policía ha explicado que el líder del grupo recibía las numeraciones de las tarjetas por correo electrónico y luego volcaba estos datos en soportes físicos y falsificaban documentación que les permitía el uso de las tarjetas.
Por último, comprobaban el funcionamiento de la tarjeta, para lo que efectuaban en primer lugar compras de poca entidad para posteriormente pasar a adquirir objeto de mayor valor.
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