1 - Si eres de izquierdas, procura parecer un poco de derechas. Si eres de derechas, procura parecer un poco de izquierdas.
2 - Sé crítico con los tuyos. No hace falta tener razón, basta con parecer diferente.
3 - Di siempre lo que piensas. Lo que piensas que la gente quiere oír claro.
4 - Sensu contrario, nunca digas nada que creas que la gente no quiere oír.
5 - Desconfía de los principios; es infinitamente mejor el sentido de la oportunidad. Ignora a los resabiados que lo califican burdamente como oportunismo.
6 - Elabora un prontuario de frases buenistas y tenlo siempre a mano, no hace falta que digan nada pero es importante que sirvan para todo. Verbigracia: “Debemos desarrollar acciones integradoras que esculpan espacios de encuentro, donde los nexos de colaboración se establezcan a través de hilos de diálogo entre los agentes implicados”. Bonita ¿verdad?
7 - Sigue siendo un error muy frecuente querer distinguir a las personas por sus méritos y capacidad. El buenismo no juzga a las personas por cosas así, sino por su sonrisa.
8 - Olvida lo que tantas veces habrás escuchado sobre que en democracia las formas son importantes. Olvídalo por completo. En el Buenismo, las formas son lo ÚNICO importante. Deja asuntos triviales como el fondo, para filósofos o catedráticos de ética, que a ti no te pagan para eso.
9 - Más de un gran buenista se ha malogrado por no elegir las citas oportunas. Si eres de izquierdas, cita a Vargas Llosa; si eres de derechas, Benedetti es tu hombre. Por supuesto no hace falta haberlos leído.
10 -Si hay que desconfiar de los principios, aún más de las convicciones. Los principios son contrarios a la necesaria flexibilidad buenista, pero las convicciones nos pueden llevar al desastre de no poder cambiar de principios.
Ángel Garrido, concejal (PP) Ayuntamiento de Madrid
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