David Civera había trabajado mucho por ser lo que era. Pero ni en sus mejores sueños imaginó que esta canción, “Dile que la quiero”, iba a ser sexta en el festival de Eurovisión y no iba a dejar de sonar en todas las radios durante aquel verano de 2001. Después de aparecer en “Lluvia de estrellas” y de tocar muchas puertas, consiguió un éxito que perpetuó al año siguiente con “Que la detengan”.
“En cuerpo y alma” se llamaba este disco, que también fue elegido como banda sonora de las playas y las pistas de baile de todo el país. Desde entonces la cosa fue a menos, la verdad, pero Civera ha explorado otros caminos que han resaltado mucho más su talento musical y no sólo su movimiento de cintura. Aunque mantenía el estilo, en 2003 publicaba “La chiqui Big Band” con temas como “Bye Bye”, muy cabaretero.
Más exploraciones. En 2005 se presentaba con un interesante tango llamado “Perdonamé”, del disco homónimo. Se mantenía el ritmo “no apto para caderas frágiles”, pero el ambiente veraniego se iba diluyendo poco a poco y se apreciaba mucho más la buena voz de Civera.
Fue la última vez que David entraba en las listas de éxitos. Desde entonces ha seguido dando guerra, pero en un segundo plano. En 2006 publicaba por ejemplo “El orgullo y la visa”, una mezcla electrónica entre ranchera y pop que no ha sido la verdad su mejor tema.
Al año siguiente David seguía con su viaje por las músicas del mundo y recalaba en la canción melódica italiana. Apenas había ya arreglos puramente veraniegos y descubría además que podía explotar esa voz rota al estilo Sergio Dalma. “No bastará” era el primer single del disco, con menos electrónica y más personal, bien construido pero quizá un poco simplón para lo que había dado de sí Civera.
Otro año, 2008, y otro disco, “Para vivir contigo”, que no fue especialmente brillante. Lo obviamos para recalar en 2009. Pocos podrán presumir de sacar ocho discos en nueve años, pero Civera lo ha hecho. En este caso con “Podemos elegir”, cuyo single, “Tú para mí”, tenía arreglos de pop rock que resaltaban su voz, quizá la más limpia de toda su discografía hasta entonces.
Por cierto que en los últimos años Civera también se ha unido al carro de hacer versiones, como el gran clásico de Umberto Tozzi “Ti amo”, aunque un poco más acelerado y con guitarras, ritmos y sintetizadores por todos lados.
Y nos queda lo último de Civera, “Versión original”, de 2013, con el que ha vuelto a recopilatorios de música veraniega y discotequera. Especialmente con la canción “Mentirosa”, que ha reconvertido los ritmos de baile de hace diez años en los actuales, con un toque reggaetón y una melodía fácil. Así que parece que nos queda Civera, afortunadamente, para rato.
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