Almudena Román Pascual, médico adjunto de reumatología del Hospital General de Villalba, puntualiza primero que las articulaciones son “zonas a través de la cual dos huesos distintos se unen. Las articulaciones están envueltas por una membrana y hay, además, cordones fibrosos”.
A la vez, Iván Carabaño Aguado, jefe de servicio de pediatría del Hospital Universitario Rey Juan Carlos confirma que existe el “reúma” infantil. “Sí, de hecho hay problemas específicos de la salud articular infantil, como la sinovitis de cadera o la artritis idiopática juvenil”; además de ello, las enfermedades de las articulaciones pueden afectar a alguna otra zona del cuerpo, como por ejemplo, el aparato digestivo, la piel o los ojos.
“El problema principal es que los niños son estructuras en constante crecimiento y desarrollo, por lo que la inflamación de una articulación mantenida en el tiempo puede derivar en una maduración irregular de las articulaciones”, apunta Román Pascual que subraya que, además, hay que “tener en cuenta que el tratamiento de la artritis crónica del niño es distinto del que se ofrece a los adultos”.
El tratamiento en estos casos se inicia con la derivación a un centro capacitado para ofrecer una asistencia correcta. Además, hay que informar al niño de lo que le ocurre, e intentar que “haga una vida de niño” (por ejemplo, que haga deporte, aunque sea adaptado). “Para ello, es importante implicar a las familias y al colegio y pautar un tratamiento médico que sea aceptable, con los menores efectos secundarios posibles y fácil de cumplir”.
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