La patología cerebrovascular es la primera causa de mortalidad en la mujer y la segunda causa global de muerte en España, además es la primera causa de discapacidad y dependencia en el adulto. Las tres cuartas partes de los ictus afectan a pacientes mayores de 65 años y se prevé que la prevalencia de la enfermedad aumente junto con el envejecimiento, también se ha observado un importante aumento del ictus en pacientes jóvenes.
Javier Pardo, responsable de la, recientemente inaugurada, Unidad de Ictus del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, explica que “a pesar de estos datos, el ictus continúa siendo una patología desconocida parcialmente para la sociedad, las autoridades sanitarias y para muchos profesionales sanitarios”. Según el experto, “una de las razones más importantes que han contribuido a este desconocimiento era el concepto de que ictus era sinónimo a enfermedad sin tratamiento”.
En el momento actual, el tratamiento del ictus es un proceso activo con múltiples posibilidades terapéuticas como las técnicas de reperfusión. El abordaje integral de estas posibilidades se da en el marco de una unidad de ictus.
Además, desde hace unos años se le está concediendo una importancia creciente al ictus en la mujer debido a varios factores. Uno de ellos sería el uso de anticonceptivos orales, “se recomienda evitar su uso en mujeres fumadoras y migrañosas, porque aumenta el riesgo de enfermedad cerebrovascular aunque en general los nuevos anticonceptivos tienen menos carga hormonal y por tanto menor riesgo”.
También el embarazo supone un factor de riesgo, por ser un estado procoagulante: el 10% de los ictus que suceden en mujeres jóvenes ocurren durante el embarazo. Lo mismo ocurre con el periodo posterior a dar a luz, donde se recomienda cuidar la tensión arterial y las glucemias.
A partir de la edad de la menopausia la mujer aumenta la incidencia de ictus frente al hombre, siendo su principal causa de muerte.
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