José Manuel Álvarez Fernández, odontólogo de la clínica Oporto Dental, explica que la salud bucal de un adulto viene determinada en gran parte por los cuidados que se recibieron desde niño, pero existe en gran parte de la población la idea de que los dientes de leche no importan mucho porque luego se cambian. “Nada más lejos de la realidad”, explica el dentista, “hemos de concienciar a los padres de que en la infancia podremos inculcar en nuestros hijos hábitos que más tarde será muy difícil conseguir y por eso serán ellos “culpables” de la buena o mala salud de sus hijos”.
La visita periódica al dentista general o al dentista especialista en niños (odontopediatra) debe convertirse en un deber a partir de los dos años, momento en el que habrá acabado la erupción de toda la dentición de leche; estas revisiones se deben hacer sistemáticamente de manera anual, aunque las especiales condiciones de algunos pacientes requerirán visitas cada tres o seis meses.
La labor fundamental del dentista en los niños va a ser la prevención de los problemas que más se detectan a estas edades: la caries y la maloclusión (mordida defectuosa). La primera es una enfermedad causada por bacterias que utilizan los azúcares de la dieta para convertirlos en ácidos que atacan la estructura del diente. El odontólogo debe asesorar en cuanto a la promoción de una dieta variada y reducida en azúcares y en un cepillado meticuloso de dientes, encías y lengua, con el cepillo apropiado y especialmente antes de acostarse.
“Es la edad para poder detectar y corregir costumbres perniciosas que pueden acarrear deformidades en los huesos maxilares o en la colocación de los dientes” apunta el dentista que recuerda que un claro ejemplo lo constituyen la respiración por la boca, el uso de chupetes o biberones más allá de los dos años de edad, la succión del dedo pulgar o morderse la uñas.
“En la infancia hemos de destacar la importancia que tiene el flúor en la prevención de la caries por su poder remineralizante y bactericida; en la concentración adecuada y según la edad es utilizado en pastas y colutorios para casa o en geles o barnices en la consulta dental” señala Álvarez Fernández.
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