De forma coloquial, fuera del ámbito sanitario, y, cada vez con menos frecuencia, se oye (o se oía) hablar de "ochomesino" (correspondería a prematuros de 35- 36 semanas), o "sietemesino" (unas 32 semanas)”Dentro de los pretérminos, como es lógico, existen diferencias en función de las semanas o días de gestación ya que no es lo mismo nacer tras 24 semanas de gestación que tras 34 y por tanto a menor tiempo de gestación, mayor posibilidad de complicaciones y secuelas” explica Fernando Sánchez Perales. Jefe de Servicio de Pediatría. Hospital de Torrejón de Ardoz. “Además también es importante el peso con el que nacen ya que, si además de pretérmino, su peso es menor del correspondiente, los problemas pueden ser mayores.”
Actualmente el límite de supervivencia se encuentra en las 24 semanas y los 500 gramos de peso; los principales problemas derivan de la inmadurez de todos los órganos ya que el feto vive en un ambiente ideal, sin luz, con los ruidos exteriores atenuados, sumergidos en un líquido caliente, recibiendo oxígeno y alimentos a través del cordón umbilical o protegido de las infecciones por el cuerpo materno.
“Cuando se produce el parto de un prematuro, los pulmones que estaban colapsados, ya que no necesitan funcionar, reciben bruscamente una presión de aire y deben comenzar a respirar; el corazón debe cambiar los circuitos cerrando el paso de sangre por orificios que están abiertos en el feto; el paso de nutrientes a través del cordón umbilical cesa de repente; la piel también inmadura, que estaba protegida dentro del líquido amniótico, se ve dañada; los ojos empiezan a recibir luz para la que no están preparados; y el cerebro empieza a recibir estímulos que no estaban previstos y que condicionarán su desarrollo: sonido, luz, dolor, olores…” apunta el pediatra.
Por ello, el tratamiento de un bebé prematuro implica sustituir o ayudar en una serie de funciones que no puede realizar bien y prevenir y tratar las complicaciones: desde el punto de vista respiratorio es ayudar a respirar mediante el aporte de aire y oxígeno o directamente mediante intubación ; desde el punto de vista digestivo y de nutrición aportando sueros o nutrientes a través de los vasos sanguíneos o mediante sondas que van hasta el estómago y tratando las infecciones que pueden ser muy graves porque el sistema inmunitario es inmaduro también.
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