En el caso de los niños, y más con el inicio del curso escolar y de guarderías, muchos padres se preguntan si los catarros son más frecuentes en niños que asisten a guarderías. Ivan Carabaño, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, lo tiene claro: “De hecho el primer año de guardería se estima que, como media, padecerán doce procesos catarrales; es una cifra similar si el niño tiene hermanos mayores en edad escolar”.
Si analizamos algunas de las infecciones más comunes, debemos empezar por la bronquiolitis o inflamación de los bronquiolos. Suelen tener un origen vírico y el virus más frecuentemente implicado se llama virus respiratorio sincitial. “Es típica de los meses de invierno e inicio de la primavera, y evoluciona en brotes epidémicos” apunta Carabaño. Afecta a niños de menos de años y sus síntomas son fiebre, tos y dificultad para respirar. La dificultad respiratoria se hace evidente observando al niño y el doctor nos da aquí un consejo para detectarlo: “si está presente, hay “tiraje”; esto es, hundimiento de la parte de debajo de las clavículas y de la parte de debajo de las costillas”.
La neumonía es otra de las infecciones comunes; se define como la presencia de pus en los alvéolos pulmonares y puede ser producida por virus o por bacterias. En niños sanos no suelen ser graves.
También analizamos la sinusitis, que se caracteriza por la presencia de fiebre, tos y mocos durante más de dos semanas. “Hay que sospecharla cuando un cuadro catarral se mantiene, sin ninguna mejoría, en ese plazo de tiempo” explica el jefe de Pediatría del hospital mostoleño. Puede tener un origen vírico o bacteriano.
Pero seguro que muchos padres se hacen la pregunta de qué pueden hacer por sus hijos si padecen una infección respiratoria, la respuesta del especialista es clara: “Despejarles la nariz lavándoles las fosas con suero fisiológico si, cuando tienen que comer, su nariz está muy atascada. No forzarles a comer. Darles muchos líquidos. Elevarles la cabecera de la cama a la hora de dormir. Vigilar su estado general.”
Otra de las cuestiones que preocupan a los padres es cuándo está indicado ingresar a un niño con una infección respiratoria; en este caso se producirá si el pequeño tiene mal estado general, si comer o beber le resulta imposible o si tiene mucha dificultad respiratoria.
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