Miriam Sobrino, matrona del Hospital Rey Juan Carlos y sexóloga del centro Sexorum, explica que “quizá la primera cuestión sea preguntarnos cómo traducimos esa queja de algunas mujeres, el n tengo ganas, o no tengo deseo”.
“Lo más habitual es que la cosa vaya de genitales y de lo que se haga o deje de hacer con estos, siendo ese no tengo ganas, en muchas ocasiones, un no tengo las relaciones sexuales que me gustaría, no hay penetraciones, o estás no son con la frecuencia, la intensidad, o el disfrute que se espera” concluye Sobrino. La sexóloga matiza que todo tiene que ver con quién se desea, cómo se desea, cuándo o de qué manera se desea y que influye la persona y el momento.
“Las dificultades con el deseo, no es algo exclusivo de las mujeres, aunque suele definirse alrededor de ellas. Sin embargo, es la manera en la que se pone en juego la erótica femenina, la que se ha problematizado, tomando de referencia la manera, los modos, las formas de la erótica masculina”, señala.
“Con frecuencia, el malestar en relación al deseo surge cuando se compara lo que hay con lo que debería ser. Cuando pienso en lo que se supone que debería desear en función de lo que creo es normal, de lo que me dicen otros, de lo que le pasa a mi pareja, de lo que me pasaba a mí en otros tiempos…”
Tras todo esto la pregunta está clara: ¿Qué hacer cuando una mujer siente que no tiene deseo?
“Dependiendo de a quien se le haga esta pregunta las respuestas serán muchas y diferentes. Como profesional de la sexología no hay respuestas para todos ni recetas ni pastillas y ya sea con la cuestión de las ganas u otras dificultades, se trabaja para que la pareja logre poner en juego sus deseos y puedan seguir amándose, a su manera, la que más gusto les dé.”
“Lo central como hemos dicho muchas veces no será el deseo en sí, ni lo que se hace o deja de hacer, sino qué le pasa a esa mujer concreta, quien es y cómo convive con un deseo que no se hace presente de la manera que le gustaría”, concluye Miriam Sobrino.
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