Sebastián Cascos Cruces, responsable de limpieza del Hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, explica, refiriéndose a las zonas infantiles de los hospitales, que los servicios de limpieza tienen “una gran importancia dentro de los hospitales” y que hay que distinguir “dos tipos de hospitalizaciones dentro de los servicios de Pediatría: la de la hospitalización pediátrica general y la de Neonatología”.
La limpieza en la hospitalización pediátrica general es considerada de riesgo medio; en las habitaciones de Pediatría se hace dos tipos de limpieza: una rutinaria, que se aplica cuando el paciente permanece ingresado y otra Terminal, mucho más exhaustiva, cuando se produce el alta hospitalaria. “Para la limpieza, de forma protocolizada, se emplea un sistema de doble cubo para no mezclar agua sucia y agua limpia, así como distintas balletas de microfibra” explica Cascos Cruces. Existe un código de color a este respecto, las balletas de color rojo, son para el inodoro; la amarilla, para el resto del baño; la azul, para el mobiliario y la verde, para pomos y puertas. Además, los productos de limpieza son detergentes de pH neutro.
A efectos de medidas higiénicas, la Unidad de Neonatología es considerada de alto riesgo. “En esta unidad se utiliza un carro de limpieza exclusivo, que se almacena en cuartos debidamente etiquetados” apunta el responsable de limpieza del hospital mostoleño que recuerda que, como complemento, “se emplea material antiséptico y toallitas desinfectantes y con cierta periodicidad, además, se hace una limpieza general a fondo en los boxes de ingreso y las zonas de visita de familiares”. Para chequear la calidad de la higiene en esta unidad, el Departamento de Medicina Preventiva extrae muestras, para comprobar si existen o no contaminaciones, que pondrían en serio peligro el funcionamiento armónico de la Unidad.
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