Francisco José Soria Perdomo, jefe del Equipo Médico de Apoyo Quirúrgico del Hospital Sur de Alcorcón y Médico Geriatra del Hospital Sur de Alcorcón, Clínica la Luz y Fundación Jiménez Díaz, reconoce que, si bien no existe una forma para combatir la demencia en general y en particular el Alzheimer, “la revista Neurobiology of Aging hace año y medio publicó unas interesantes recomendaciones para cuidar mejor nuestro cerebro, con consejos alimenticios y ejercicios de entrenamiento”. Entre esas cuestiones de alimentación están minimizar “la ingesta de grasas saturadas y grasas trans. Las primeras aparecen en productos lácteos así como carnes y ciertos aceites como el de coco o de palma, que se consumen a través de bollería industrial, y las segundas son aquellas que se producen por la trasformación de ciertas grasas al hornearse o modificarse para su uso comercial y aumentar su perdurabilidad”. Por eso nos recomiendan estar atentos a la información que aparece en los envases de los productos que adquirimos en el supermercado. Además se aconseja que alimentos de índole vegetal, como legumbres, frutas y cereales integrales deben “en cierta medida sustituir a los lácteos y las carnes como pilares de la dieta y deben estar presentes en nuestra dieta habitual”.
Además sería recomendable el consumo de 15 miligramos de vitamina E en la dieta cada día. “Dicha vitamina debe venir de la dieta en lugar de los complementos. Fuentes como las semillas, nueces, vegetales de rama verde y cereales integrales.” Además se recomienda vitamina B 12, en este caso por alimentos fortalecidos o por algún suplemento. “Hay una recomendación de 2,4 mcg por día deben ser parte de la dieta diaria y deberíamos revisar nuestros niveles de vitamina B 12”.
Es útil el consumo de ácidos grasos omega tres (en pescado azul y nueces) para la prevención de la evolución de ciertas formas de deterioro cognitivo además del evidente beneficio cardiovascular. Además siempre es positivo restringir la ingesta de bebidas alcohólicas, dejar de fumar y mantener controlada la presión arterial.
En cambio, se aconseja evitar complementos con cobre o hierro, “a menos que hayan sido recomendados por su médico, ya que no son elementos que deben suplementarse si no es necesario y pueden llegar a considerarse perjudiciales cuando son consumidos en exceso”. Lo mismo ocurre con los productos con aluminio, por ejemplo, con ciertos antiácidos “que deben consumirse con cuidado”, explica Soria Perdomo.
En otros aspectos, un buen descanso o el ejercicio físico son necesarios. “Recuerde ejercitarse 120 minutos por semana e incluir ejercicio aeróbico en su rutina. Por ejemplo con 30 o 40 minutos de caminata tres veces por semana”. También es conveniente ejercitar la mente “de manera regular, casi todos los días de la semana”.
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