Dr Francisco José Soria Perdomo, médico jefe del equipo médico de Apoyo Quirúrgico del Hospital Sur de Alcorcón y geriatra del Hospital Infanta Elena de Valdemoro, recuerda que existe el síndrome del “cuidador quemado” que se caracteriza por “un estado de cansancio físico, emocional y mental que conlleva un cambio de actitud de estado positivo a uno negativo”.
Mas de la mitad de los cuidadores o familiares de pacientes con demencia tiene algún tipo de sobrecarga; de hecho, en un estudio brasileño se observó que el 45% de los cuidadores aprecian su propia salud como mala o muy mala, comparado con estudios previos donde apreciaban 40% de cuidadores informales que reportaban estados de salud regulares o pobres. En los estudios científicos se observa que al menos 17 % de los cuidadores puede estar “quemado”, esta cifra puede llegar hasta el 85%.
Los síntomas del síndrome de cuidador quemado son varios, por ejemplo separación de la familia, amigos y otros seres queridos; pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas; sensación de estar triste, irritable, sin esperanza y sin ayuda; cambios en apetito, peso o ambos; cambios en los patrones de sueño; mayor frecuencia de enfermedades; sensación de tener ganas de herirse o herir a la persona a su cargo; cansancio físico o mental e Irritabilidad.
Entre las causas se apunta a la confusión de roles, “hay que saber diferencial el rol de esposa, madre, hija o trabajadora del de cuidadora” apunta Soria Perdomo que también recuerda que se crean “expectativas poco realistas sobre el paciente, sobre todo en enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson”.
Entre los consejos para combatir el síndrome del “cuidador quemado” se recomienda establecer límites que garanticen un mínimo de tiempo libre; el ejercicio físico; hacer planes con familia o amigos; llevar un horario diario y la búsqueda de ayuda a través de grupos de apoyo, asociaciones de familiares…
“Si es posible hay que delegar responsabilidades y contar con personas cercanas para poder compartir nuestros sentimientos” explica Soria Perdomo que remarca que “se debe saber decir que no en ciertos momentos y tener capacidad para poder manifestar las frustraciones, los temores y el resentimiento”.
“Lo importante es que siempre se debe recordar que el esfuerzo que hacen cada día los cuidadores se hace con el mayor cariño, entrega y disposición y eso los convierte en excelentes cuidadores que se esfuerzan cada día para hacer un gran trabajo” concluye el geriatra.
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