Estos cuidados comprenden una gran variedad de medidas, entre las que destacan la integración de la familia en el cuidado del recién nacido, facilitando la convivencia con éste durante las 24 horas del día (unidades neonatales de puertas abiertas) y haciéndoles partícipes del cuidado de su hijo, promover la lactancia materna y el cuidado de canguro (recién nacido piel con piel con la madre o el padre), realizar solo las manipulaciones que sean necesarias y de forma cuidadosa, teniendo en cuenta si éstas son dolorosas y pueden aliviarse con succión al pecho o sacarosa, agrupar los procedimientos, respetar el ambiente exterior, favoreciendo que éste sea tranquilo, disminuyendo la luz y el sonido…
Gonzalo Ares Mateos. Coordinador de la Unidad de Neonatología del Hospital Infanta Elena de Valdemoro explica que “todo esto no solo favorece el vínculo con el recién nacido enfermo, sino que facilita el normal desarrollo de su cerebro, y aumenta también la satisfacción en los profesionales que lo llevan a cabo”.
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