El insomnio se define como una experiencia de sueño inadecuada o de pobre calidad, asociada a la dificultad para conciliar y/o mantener el sueño y un despertar muy temprano con un descanso que no es lo suficientemente reparador. Este problema afecta a más de 40% de la población anciana; en un estudio publicado en una revista científica internacional 20,8% de la población española tenía al menos algún síntoma de insomnio en 3 o más noches por semana y esta estadística va aumentando en la medida que aumentaba la edad.
“Antes se pensaba que era sólo un síntoma ahora se conoce que es una enfermedad” explica Fran Soria, médico geriatra del Hospital Infanta Elena de Valdemoro, por eso destaca que “no es normal el insomnio” y que “nuestros mayores tienden a dormir o despertarse más temprano y además disminuyen las horas de sueño profundo pero el insomnio nunca es una característica normal de la vejez”.
Entre las consecuencias que tiene el insomnio en el día a día, las más destacadas con cansancio, depresión, deterioro de memoria, pobre desempeño en las tareas diarias, cambios en el estado de ánimo, somnolencia diurna, disminución de motivación, energía e iniciativa, dolor de cabeza y preocupación respecto a los trastornos de sueño. “Sin embargo hay más riesgo de caídas secundarias al uso de drogas hipnóticas que al insomnio” matiza el doctor.
Sobre las enfermedades médicas relacionadas al insomnio, Fran Soria enumera la artritis y otros dolores crónicos, insuficiencia cardíaca congestiva, enfermedad cerebro-vascular, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), insuficiencia renal, enfermedad de Parkinson, demencia y reflujo gastroesofágico.
Es conveniente saber qué medicamentos o sustancias contribuir al insomnio; en la lista aparece el alcohol, la cafeína, nicotina, antidepresivos, corticoides, descongestionantes, teofilinas o estatinas. Aunque es cierto que entre algunas causas del insomnio se encuentran también estrés, depresión, ansiedad…
Los consejos para acabar con el insomnio tienen que ver con la mejora de la higiene del sueño: hacer ejercicio, evitar sustancias como la cafeína o cualquier estimulante al menos seis horas antes de dormir así como las cenas copiosas o el consumo de abundantes líquidos antes de dormir y cambios ambientales en el dormitorio. También es útil la terapia cognitiva, es decir, el control de los pensamientos que entorpecen la conciliación y el curso del sueño, y el control de estímulos que apunta a educar al paciente respecto al ritmo sueño. “Se resume muy fácilmente; ir a la cama sólo cuando se tiene sueño” explica Soria que deja claro que las “pastillas” serían la última solución.
La siesta es otro de los elementos relacionados con el sueño que es conveniente aclarar; aquí los expertos recomiendan que sea corta (menos de treinta minutos), tempranas (nunca cerca de la noche) y con un ambiente confortable.
Comentarios
silvia dice:
Por qué sistematicamente los especialistas españoles obvian el uso de la melatonina, en ancianos que hay estudios sobre su eficacia frente al uso de somníferos, además de otros beneficios como son su nula toxicidad??. ¿Tiene algo que ver con que es una sustancia no patentable?. Existe consenso internacional en el congreso de psiquiatría de 2010 en considerarla como sustande elección primaria en mayores de 55 años.. y así conl vademecum ¿qué pasa con los médicos españoles?
miércoles, 20 de marzo de 2013 a las 17:06