La especulación urbanística llegó a ser uno de los grandes problemas con los que se encontró Manuel de la Rocha y la primera Corporación de la democracia en Fuenlabrada.
“Nos encontramos con desarrollos urbanísticos inmensos, sin equipamientos ni infraestructuras, que tuvimos que parar”. Un ejemplo fue lo que ahora se conoce como el barrio de Loranca. Allí había licencia para 11.500 viviendas, de las que ya había construidas 700 “y tuvimos que pararlo”. De ellos fue la responsabilidad de sacar adelante el primer Plan de Ordenación Urbana para reordenar la ciudad.
De la Rocha recuerda cómo tuvieron que hacer frente a los problemas de suministro de agua, conseguir más colegios para una ciudad que crecía a gran velocidad, mejoras sanitarias…, todo un reto del que nos habla en esta entrevista, en la que también hay tiempo para volver al presente y analizar el actual panorama político.
Comentarios