25 pozos de agua para el consumo humano y colas interminables en las dos fuentes de la ciudad. Cortes de agua para abastecer una parte del municipio y luego el resto. No había institutos, los jóvenes se tenían que desplazar a Pinto. Tampoco hospital y hasta era imposible hacerse un análisis de sangre allí.
Ese fue el panorama que se encontró Francisco González, con tan sólo 24 años, casi recién licenciado de “la mili”. Con nosotros recuerda cómo era Parla entonces y lo que se consiguió en los dos años de legislatura que gobernó. “Siempre con el apoyo y la ayuda de todos los grupos políticos, independientemente de la ideología”. Algo que pide para nuestros tiempos, porque dice que “la vida municipal no es para la confrontación, sino para ponerse de acuerdo” en buscar soluciones.
Problemas políticos al margen, González, ve una Parla muy cambiada en la actualidad, un lugar con todos los servicios necesarios para tener calidad de vida. Con él repasamos los momentos más delicados y trascendentes de aquellos años.
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