Cuando Carlos Penit llegó a la alcaldía, Pinto no era el municipio que conocemos hoy. Tenía entonces 17.000 habitantes, el 60% de sus calles eran de tierra y el agua se distribuía por cisternas. Pero uno de los retos a los que tuvo que enfrentarse en las casi cuatro legislaturas que gobernó, fue al de evitar una especulación urbanística que, sobre todo en los 80, hizo estrago en muchas localidades del sur.
Con él repasamos cómo avanzó el municipio en esos años en el ámbito educativo, sanitario y residencial. También hablamos de las luces y sombras de una trayectoria política personal, intensa y convulsa, que le convirtió en uno de los alcaldes más carismáticos de su época.
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