Conocemos Crusoe Treasure, una bodega submarina que dejan las botellas de vino unos 12 meses bajo el mar en el Cantábrico. Esto hace que los caldos sean distintos pero bien valorados por enólogos. Son bodegas submarinas que, además, ayudan a crear y enriquecer el ecosistema creando con el almacenamiento un hábitat ideal para especies submarinas.
Tienen un equipo propio de biólogos y destinan el 10% de sus beneficios a estudiar el mar, cómo evolucionan sus bodegas submarinas y las especies y el impacto del cambio climático en el mar. Otra curiosidad, es que las botellas las sirven con restos de la vida marina que se ha adherido durante su estancia bajo el agua.
Comentarios