Los despidos se están haciendo de forma escalonada desde finales de 2010, fecha en la que se anunció la necesidad de una reestructuración de la filial española, parando una de sus dos líneas de producción.
Asegurar la competitividad y reducir costes son los objetivos últimos de los despidos con los que Holmen pretende hacer viable la filial española. Los despidos que se han venido produciendo este año no han superado el 10% de la plantilla en cada caso, por lo que, según recuerda Quiroga, no es necesario negociar con el comité de empresa, si estos se realizan con un intervalo superior a noventa días. Además, los trabajadores se van con 45 días por año trabajado, lo contemplado antes de la última reforma laboral.
El presidente del comité de empresa no es capaz de decir si habrá más despidos, espera que no, aunque recuerda que hasta que no haya un comunicado oficial dando por terminada la reestructuración, no se podrá decir nada definitivo. Lo cierto es que de momento, de 380 trabajadores en 2010, ahora en la fábrica fuenlabreña hay 180.
Aunque, José Manuel Quiroga, reconoce que los despidos “siempre bajan el ánimo,” no quiere ni oir hablar de algo más drástico, como el cierre. No cree que se llegue a eso y pone una nota de optimismo. “Esperemos que la situación del país tire para adelante y entonces las fábricas también funcionen mejor”.
Holmen Paper en Fuenlabrada operaba con dos líneas de producción que ahora se ha quedado en una, encargada de producir mil toneladas al día de papel reciclado para prensa, en su mayoría, el doble de lo que hacía la máquina que dejó de funcionar.
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