Los hechos sucedieron en abril de 2012 tras un partido entre el equipo AD Gigantes de Arganzuela y el Sur Getafe en el campo Arcas del Agua del Sector Tres. Al terminar el encuentro, las jugadoras del Gigantes descubrieron una cámara escondida en el falso techo del vestuario enfocando a las duchas, por lo que procedieron a denunciar.
El acusado fue el director deportivo de su mismo equipo, que según la defensa “nunca” ha negado los hechos. Finalmente no ha habido juicio gracias al acuerdo entre las partes. La pena de un año de cárcel ha sido suspendida en el mismo acto por la falta de antecedentes penales, pero el acusado también ha sido condenado a una multa de 3 euros diarios durante 12 meses y a una indemnización de 300 euros por jugadora. Finalmente también se le ha impuesto una orden de alejamiento de 500 metros respecto a las afectadas durante 2 años.
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