La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado al acusado, que en el momento de los hechos ya se encontraba cumpliendo condena en el Centro Penitenciario de Valdemoro. Todo ocurrió en octubre de 2012, cuando el preso volvía de un permiso extraordinario por el que había pasado cuatro días fuera de la cárcel. El preceptivo análisis de orina, para descubrir posibles sustancias prohibidas, fue el detonante de la agresión.
El preso intentó manipular la muestra de orina, ya que había bebido y sabía que iba a dar positivo, pero fue descubierto por un funcionario. Después de forcejear, insultar y amenazar a varios de los presentes, cogió una cuchilla de afeitar que llevaba escondida en la boca y cortó el cuello de uno de los funcionarios.
El trabajador, con una herida de once centímetros, ha tenido que someterse a varias pruebas para conocer si la agresión le había contagiado alguna enfermedad. De hecho pudo haber muerto desangrado de no ser por la rápida actuación de los servicios médicos del penal.
Ahora la Justicia vuelve a condenar al preso, esta vez a siete años y medio de cárcel. Antes ya había sido condenado en 1997 a cinco años de cárcel por un delito de intento de homicidio y en 2002 a otros once años por homicidio.
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