Después de ser medicado en la Atención Primaria debido a los reflujos gástricos y vómitos que padecía, el paciente fue derivado al Hospital Severo Ochoa de Leganés en 2007, donde se le detectó un carcinoma sobre enfermedad de Barret.
Aunque se le diagnosticó una intervención en el Hospital público en junio de ese año, dos meses después no había fijada fecha y el paciente decidió acudir a un centro privado para ser operado de urgencia.
Según la sentencia, la enfermedad de Barret podría no haber derivado en cáncer si durante los cuatro años en los que fue medicado en Atención Primaria hubiese sido tratado adecuadamente.
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