El juicio se celebró el pasado mes de marzo y un tribunal popular declaró al encausado culpable. Ahora la Sección 26 de la Audiencia Provincial de Madrid le condena a 23 años y medio de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento, con agravante de parentesco y atenuante de drogadicción.
La sentencia considera probado que el joven propinó una paliza a su novia después de haber consumido ambos drogas y de haber discutido. Tan brutal fue la paliza que a la mujer le quedó grabada la marca de la zapatilla en la cara tras el pisotón que le propinó el condenado.
Éste durante el juicio alegó que de manera fortuita le dio un golpe a su pareja y ésta “cayó fulminada”. La pisó sin querer, la golpeó con una barra metálica para ver si se despertaba y la metió en la bañera, donde también sin querer se le cayó el radiador para quemar el cuerpo de la joven.
Una versión que no ha sido aceptada por la Justicia que además le condena por una agresión anterior a la misma mujer. Contra la sentencia cabe recurso ante el TSJM.
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