Aunque siempre hubo buenas palabras y las obras estaban en los diferentes proyectos del Ministerio de Fomento, desde hace una década no se habían acometido estas obras de accesibilidad en la instalación. Ahora, tras las últimas reuniones de la alcaldesa Miriam Rabaneda, se ha conseguido que comiencen las obras.
Unos trabajos que según el Ayuntamiento durarán entre siete y ocho meses, ya que hay que adecuar los andenes para instalar los ascensores. Para acelerar el proceso, el consistorio ha permitido a RENFE la ocupación de una parcela recuperada a Fomento y en la que después de las obras se instalará un aparcamiento disuasorio.
La alcaldesa ha señalado que por fin se consigue esa demanda histórica que pedía eliminar las barreras arquitectónicas que impedían el acceso a la estación a personas con movilidad reducida.
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