Enrique Lillo, abogado de CCOO en esta causa, ha presentado unas alegaciones en las que se vuelve a recordar que el auto de anulación del ERE marcaba la reincorporación en el anterior centro de trabajo y por lo tanto, si en las cartas que recibirán los trabajadores, esto no se produce, en clara alusión a Fuenlabrada, se estaría imponiendo “unilateralmente condiciones de trabajo distintas”.
Esto supondría, según la alegaciones, un “simulacro falso o apariencia engañosa de reincorporación, con la finalidad torticera de la empresa de no pagar los salarios dejados de percibir”, ni dar trabajo en las condiciones anteriores al despido. Todo esto, implicaría “un incumplimiento de un mandato judicial claro y taxativo”.
CCOO ha remitido un escrito interno a sus trabajadores en el que les indica que no “se debe hacer caso a la carta que reciban de la empresa”, salvo que sea para reincorporarse en las condiciones anteriores al despido. Estaríamos, dicen, ante una carta que no respetaría el auto y sería “inconstitucional e ilegal”.
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