Amada Talía,
Me preguntas por qué se escucha hablar tanto últimamente de la tragedia griega. No es que se haya despertado de repente un inusitado interés por los grandes poetas helenos. Se refieren a ciudadanos ahogados por la especulación de su deuda. Y también a la trágica dignidad de Dimitris Christoulas que, con 77 años, acabó con su vida en la plaza Sintagma, frente al parlamento. La certera bala que sesgó su existencia iba dirigida a la política económica de la Unión Europea. La ruina de Grecia - no la de sus columnas corintias sino la de su pueblo- es la ruina de todos.
Creíamos en la Europa de las libertades, de los seres humanos. Esta, la de los mercaderes, no nos ofrece un futuro...Leer más.
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