Tras el robo de los coches, les confeccionaban una documentación falsa para solicitar una documentación temporal ‘legal’ en España. Una vez logrados los papeles y asegurado el vehículo, se confeccionaban las placas de matrícula temporales, todo ello a nombre de uno de los componentes de la organización y que generalmente era el encargado de llevar el coche hasta Marruecos.
Los investigadores apuntan que por medio del procedimiento utilizado, la red podría haber vendido unos 45 coches, con un beneficio cercano a los 2.000.000 euros.
Además del robo, la banda se servía de personas que poseían vehículos de alta gama en régimen de leasing o renting, que pasaban por dificultades económicas y a quienes les compraban los vehículos. El rentista abonaba las cuotas que tuviesen estipuladas hasta que el vehículo era vendido en Marruecos. En ese momento, el rentista denunciaba el robo en Italia y por la normativa de este tipo de adquisición de vehículos, se rescindía el contrato y se dejaban de abonar las cuotas.
Las investigaciones han permitido descubrir también otros procedimientos para cometer estafas, con los que la red obtenía beneficios adicionales ya que, de uno de los dos únicos vehículos que fueron matriculados definitivamente en España y tras haber sido vendido en Marruecos, se denunció su robo a la vez en Italia y España, con el fin de obtener la indemnización de la compañía de seguros.
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