El imperativo en castellano siempre se forma terminado en –d, y no en –r. Es uno de los grandes errores que solemos cometer, pero que como todo en esta vida, tiene una explicación. Alberto Bustos, profesor de la Universidad de Extremadura y que mantiene el Blog de Lengua (http://blog.lengua-e.com/), nos explica que es un caso “especial”, sobre todo cuando usamos la negación y acabamos diciendo “Juan y Carlos, no tirar ladrillos”, en lugar de “no tiréis”, con el subjuntivo.
Ahí no se acaban las particularidades. Otro de los errores habituales se comete en los casos en los que añadimos pronombre. Es decir, que digamos una forma derivada del infinitivo, “Tomaros un refresco”, en lugar del correcto “Tomaos un refresco”.
En cualquier caso, cabe destacar que todos estos son problemas que sólo existen en el castellano de España, ya que otras lenguas en español directamente no tienen la fórmula “vosotros”, y en lugar de “Tomad” dicen “Tomen”.
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