El encuentro tenía, a priori, muchos actores principales: Saúl Blanco, que volvía a Fuenlabrada para enfrentarse a su exequipo; Saer Sené, que había sido el mejor en los últimos partidos y, por supuesto, Unicaja, que venía con ganas de auparse al liderato. Pero al final, los focos se centraron en el actor secundario Lubos Barton, que, jugando de falso “4”, terminó con 21 puntos y una estadística sin fallo en los tiros, 100% de aciertos. Además el jugador checo se reivindicó tras las críticas del presidente del club José Quintana que había mostrado su intención de cortarle tras la llegada de Saúl Blanco.
El encuentro fue de poder a poder, con los dos equipos dando pocas concesiones en ataque y en defensa, y con ventajas cortas en el marcador: 19-20 en el primer cuarto y 40-36 al descanso.
A la vuelta de vestuarios llegó uno de los sustos de la noche: la lesión de Sené que se tuvo que retirar tras una mala caída. Las bajas de Ayón, en la NBA, y de Mainoldi, por su golpe en la rodilla ante Caja Laboral, dejaban ya al juego interior del Fuenla bajo mínimos como para afrontar la ausencia del senegalés. Por suerte, pudo volver a jugar en el último periodo.
Pero ese tramo lo aprovechó Unicaja para buscar a sus hombres interiores y, con la dirección de Valters, llegar con ventaja al último cuarto (59-62); y en este momento crucial del partido, los hombres de Porfi Fisac se levantaron, buscaron opciones fáciles en ataque, aumentaron la intensidad defensiva y lograron mantener una ventaja en torno a los cinco o seis puntos, que se mantuvo hasta el arreón final malacitano.
Por el Fuenla, Sergio Sánchez sumó 12 puntos y siete asistencias, Saúl Blanco, 9 puntos y Kirk Penney, 13. Mientras que en Unicaja, Feeland llegó hasta los 21 puntos anotados, y los exfuenlabreños Valters y Fitch, consiguieron 11 y 7 respectivamente.
El conjunto naranja tendrá poco tiempo para “dormirse en los laureles” ya que mañana abre en casa el Last 16 de la Eurochallenge, recibiendo a los rusos del Nizhny Novgorod.
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