“Decir que el mercado laboral ha cambiado en un espacio corto de tiempo es una obviedad, y el futuro que se deja entrever nos dibuja un escenario muy diferente a lo que hemos conocido hasta ahora” recuerda Pilar Juárez, técnico de empleo del ayuntamiento de Parla.
Detrás de todas estas expresiones se encuentra una manera diferente de entender el trabajo que “nos va a obligar a ser mucho mas creativos, a conocer mejor lo que podemos ofrecer, a buscar y crear nuestro propio empleo”. Hay empresas que ya prácticamente no tienen plantilla de trabajadores sino que contratan a los profesionales que necesitan para llevar a cabo un trabajo específico; es el caso de las aseguradoras que cuentan con una serie de fontaneros, albañiles, electricistas, pintores y otros trabajadores autónomos a los que llaman para realizar un trabajo y a los que pagan una vez finalizado éste y en el sector del transporte esto es también cada vez más frecuente.
“Podemos también organizarnos en cooperativas de dos o tres personas de sectores diferentes pero complementarios y que ofrecen sus servicios” matiza Juárez, “por ejemplo una persona a la que se le da muy bien hacer tartas, una monitora de ocio que tiene conocimientos para organizar actividades y una ayudante de cocina imaginativa pueden montar un negocio para amenizar fiestas infantiles incluyendo la merienda”.
Este modelo ya lo han utilizado desde hace tiempo los profesionales de la construcción que se constituían en pequeñas empresas de reformas de viviendas o locales, y peluqueras que prestaban sus servicios a domicilio, sobre todo para personas que no podían desplazarse.
Dentro del mundo de la informática y nuevas tecnologías hay un montón de posibilidades de nuevos empleos: crear páginas web para empresas, grabación de datos, mantenimiento y reparación de ordenadores, instalación de cámaras de video vigilancia...
“Este sistema tiene, como todo en la vida, sus partes positivas y negativas. Entre las positivas es que son empleos que pueden ayudar a conciliar la vida familiar porque cada uno organiza su tiempo y además puede realizarse no solo en entornos urbanos sino también rurales. Hay personas que han regresado a los pueblos para poner en marcha nuevas iniciativas o recuperar actividades tradicionales con un toque innovador adaptado a la vida actual” confiesa la técnico de empleo.
Internet también es un escaparate que nos da la posibilidad de exponer y comercializar nuestro producto, cualquiera que sea este, hacerlo desde cualquier parte y llegar a un número amplio de posibles clientes; sin embargo este planteamiento “no puede hacerse cuando se lleva parado mucho tiempo, se ha agotado la prestación y la situación empieza a ser difícil”. Aunque poner en marcha estos modelos de empleo no son tan complicados ni necesitan tanta inversión como puede parecer, sí es necesario contar con algunos recursos económicos (“ningún negocio da beneficios de inmediato”), fuerza, iniciativa, empuje, tiempo para reflexionar con un poco de tranquilidad sobre la idea y asesoramiento para llevarla a cabo. Se puede solicitar el pago único de la prestación de desempleo para poner en marcha el negocio y “sobre todo ajustar muy bien las cuentas antes de empezar”.
“España no es un país con tradición empresarial y eso es algo que tiene que cambiar desde la escuela. Es necesario fomentar desde pequeños las características del buen emprendedor y premiar la originalidad, la iniciativa, la autonomía a la hora de organizarse, la capacidad para negociar y las habilidades de comunicación” concluye Pilar Juárez.
Comentarios