Los síntomas de depresión abarcan un estado de ánimo irritable o bajo, dificultad para conciliar el sueño o exceso de sueño, gran cambio en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso, cansancio y falta de energía, sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa o dificultad para concentrarse. Además la inactividad y el retraimiento de las actividades usuales o pensamientos negativos recurrentes también son indicadores de esta situación.
Según Emilio Martín, técnico de empleo del ayuntamiento de Parla. “para empezar, conviene analizar nuestra forma de vida. Pensar en nuestras actividades diarias y organizarnos el tiempo de buscar trabajo, el ocio y el fomento de relaciones interpersonales con familia y amigos, y preocuparnos por nuestro estado de ánimo personal”.
En aspectos concretos, la alimentación es uno de los campos que más se ven afectos por eso conviene dedicarle tiempo a elaborar una dieta basada en alimentos frescos y naturales, huyendo de preparados, grasas y estimulantes.
También recomiendan el deporte, sin excesos, “sin necesidad de gimnasios, pero constante” dice Martín. “Cuando hablamos de deporte nos referimos al placer de movernos, sin objetivos estéticos: pasear durante una hora al día a paso ligero, o media hora de bicicleta por un parque tranquilo, son suficientes para conseguir oxigenarnos y dedicar unos momentos a percibir el entorno”.
La incomunicación en la era de las comunicaciones es una de las paradojas de nuestra cultura y “puede tener consecuencias nefastas para nuestra salud psicológica. Por ello es necesario cultivar actividades sociales y si se puede, practicar deportes de grupo y fomentar las relaciones con la familia o los amigos cercanos” según el técnico.
Emilio Martín también apunta que poner más atención al cuidado físico y arreglo personal es otra de las claves. “Cuando disminuye la autoestima se aprecia despreocupación en el cuidado de la apariencia personal, lo que a su vez hace, que al vernos al espejo o recibir comentarios al respecto nos sintamos peor todavía o no le demos la importancia que se merece despreciando a la sociedad y a nosotros mismos”.
Se recomienda ocupar el tiempo en actividades nuevas y productivas, no postponiendo las decisiones. “Esto nos lleva a tener un mayor control sobre las acciones y no dejarnos llevar por la falta de recompensas en los esfuerzos realizados. Las conductas de pasividad y evitación de las responsabilidades personales o contactos sociales aumentan el riesgo de depresión por inactividad”.
Respetar el tiempo de sueño o intentar marcarse objetivos alcanzables a corto plazo son consejos que también deberían seguir aquellos que sufren los síntomas de la depresión del desempleo.
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