El artista naïf suele ser autodidacta y responde al mismo impulso que puede tener un niño en pintar torpemente su entorno familiar. De ahí que lo naïf se considere ingenuo por pasar por alto lo científico del color, la luz o la perspectiva y solventar esos problemas de manera intuitiva.
Y así es como empezó a pintar en Fuenlabrada de los Montes una señora que pocas más posibilidades tenía para autorealizarse entonces que servir a su familia, Mercedes Barba. Sus cuadros retratan aquella vida en el campo de Extremadura, la vida que de niña llevaba allí.
Hoy afincada en Madrid, esta extremeña nacida en 1923, es una de las representantes más claras del naïf con un estilo naïf que algunos críticos han definido como “una manera primitiva llena de color” y con “un toque inefable de gracia que sólo poseen los auténticos naïf”.
De Fuenlabrada de los Montes al municipio madrileño de Fuenlabrada, Mercedes cierra el círculo y comparte con los fuenlabreños, muchos de ellos paisanos, su obra, como no podía ser de otro modo, en la Casa Regional de Extremadura.
Puede visitarse por las tarde en el Centro Cívico La Serna.
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