Los expertos en arte han dicho de David Magán que su creación bebe de la contradicción. El desdibujo y la deconstrucción se convierten en el campo de actuación de un escultor cuyas obras son una negación de su propia composición.
La docena de obras en vidrio que pueden verse hasta el 14 de noviembre en el Centro de Artes Tomás y Valiente juegan tanto con los colores como con los ángulos y las curvas. El universo caleidoscópico de David Magán traspasa el umbral de las tres dimensiones para introducir al espectador a un mundo abstracto y evocador.
Este escultor madrileño estudió arte en la escuela “La Palma” y tras formarse en la manipulación artística de la madera y el metal, bebió de la experiencia del escultor eslovaco Lukas Mjartan durante un curso en la Real Fábrica de La Granja.
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