Los alumnos de 5º de Publicidad y Relaciones Públicas de la Facultad de Ciencias de Comunicación de la URJC, en el campus de Fuenlabrada, están en pie de guerra con un caso que ellos califican de increíble. Las redes sociales echan tanto humo con este tema como los afectados.
La profesora Katia Lissavetzky era la encargada de dar las clases de la asignatura cuatrimestral Creatividad Publicitaria II, pero a ella, afirman los estudiantes, casi no la han visto por clase. Dicen que sólo ha ido dos veces al aula y que les mandó un trabajo para calificar, sin precisar bien el tema ni los objetivos, a pesar de los numerosos mail de los alumnos pidiendo más datos.
Según asegura Ruth Romero, alumna de Lissavetzky, la incertidumbre era tal, que cuando iban a cerrar las actas con las notas de otras asignaturas, todavía no se sabía nada de las calificaciones de esta profesora. Romero afirma que al final, optó por un aprobado general, sobresaliente para los alumnos de tarde y un seis para los de mañana.
Los afectados ven incomprensible que ante tanto recorte, con bajas de profesores, la Universidad no haya tomado medidas en este caso. Creen que la se tendría que haber articulado una sustitución.
La profesora aseguró a la delegada de los alumnos que no asistía a clase por enfermedad. De momento, la Universidad Rey Juan Carlos dice haber abierto un expediente informativo sobre el caso y remite a sus conclusiones para tomar las medidas oportunas.
Comentarios
Salvador dice:
Es bochornosa la imagen que dan algunos "profesionales" a la Educación Pública que está tan en boca de todos. En esta universidad han estado despidiendo profesores que han impartido clases antes de acabar el cuatrimestre, dejando de nuevo a los alumnos "con el culo al aire" en cuanto a exámenes y notas.
Una cosa es cierta, el perfil de los despedidos no coincide en absoluto con el de esta mujer: han despedido a profesionales jóvenes, preparados y que entusiasman a sus alumnos; dejando un dinosaurio académico que ni siquiera puede acreditar haber hecho nada con respecto a la creatividad publicitaria en su vida.
En fin, una lástima y mi enhorabuena más sincera a los alumnos por estar demostrando lo que quieren y se merecen.
miércoles, 13 de febrero de 2013 a las 08:57
Yo también tuve clase con Lissavetzky dice:
Yo también tuve clase con esta profesora.
La asignatura, Teoría de la Comunicación, estaba basada en buscar distintas definiciones en la WIKIPEDIA, copiarla en ese mismo momento en el ordenador (desde el cual, con el proyector todos podíamos ver cada uno de sus movimientos), copiarlos en un power point y tras ello, ella intentaba aumentar el tamaño de la tipografía, sin ser capaz de cambiar el estilo a la frase al completo.
De sus clases (en 1º de carrera), todavía recuerdo lo que más repitió durante las mismas: que teníamos que ir a un balneario en fuenlabrada (del cual no daré más datos).
Los "apuntes" que dio durante el cuatrimestre eran escasos, y el examen se basó por completo en unas fotocopias bastante cuantiosas (supuestamente extra) que dejó en reprografía y de las cuales, fueron las únicas preguntas que realizó en el examen. Aprobé con muy buena nota, pero no aprendí NADA en esa asignatura.
En segundo de carrera los profesores intentaban partir de unos conocimientos mínimos que teníamos que haber adquirido en dicha asignatura. Al no ser así, el ritmo de las siguientes clases tuvo que ir más lento debido a que dichos profesores tenían que darnos apuntes extra para entender el contenido de sus asignaturas (con un contenido evidentemente superior y del que se necesitaba tener una base de la cual, carecíamos).
Pusimos una queja, firmamos el curso al completo y el siguiente año estuvo recluida en los despachos sin poder dar clase. Pero, al ser la hermana de Lissavetzky, no podían echarla.
En el momento en el que ella entró en el claustro de profesores, su hermano era Ministro de Deportes y destinó dinero a la Facultad de Fuenlabrada para que se construyera el Estadio Raul Blanco, el cual, fue construido antes que la propia biblioteca; y la poca bibliografia y material que ésta contenía por aquel entonces, se podía recoger en una habitación en uno de los departamentales.
Tras ese año que pasó retirada de las clases, el siguiente curso volvió a las andadas. Estuvo dando clases junto con un profesor adjunto. Lo que me parece INCREÍBLE, es que a esta profesora le otorguen la RESPONSABILIDAD de dar una asignatura tan importante como CREATIVIDAD PUBLICITARIA a unos alumnos de publicidad que están a punto de terminar la carrera y los cuales, necesitan esos conocimientos. Ella, que no está lo suficientemente cualificada como para "enseñar" a un grupo de alumnos que lleva estudiando dicha carrera durante 4 años... Deleznable.
Y en fin, una VERGÜENZA. Una vez más, el tema del amiguismo es más importante que las propias cualificaciones.
miércoles, 13 de febrero de 2013 a las 13:51
Daniel García dice:
Leo que habéis nombrado muchas veces el tema del "amiguismo", esto no es posible dado que es "funcionaria" y no "personal laboral". Por tanto, dicha esa puntualización, Katia Lissavetzsky ha accedido a la plaza por oposición, y no por ser cargo de confianza o algo parecido.
Un saludo.
viernes, 15 de febrero de 2013 a las 00:29
Ignacio dice:
Conocí a katia hace muchos años y apesar de sus fallos, era una persona enferma física y mentalmente, y se debe respetar su memoria por estar muerta
comprendo también la postura de sus ex-alumnos, pero en este país que lance la primera piedra el que teniendo un familiar famoso como su hermano, no se aproveche del apellido.Es injusto que lo pagaran los alumnos. Katía tenía buen corazón pero era una mujer de familia rica que igual que su hermano que es del PSOE también hubiera encajado en el PP. Lo que no entiendo es como habiendo tanto profesor
competente y con ganas de trabajar, la Universidad la hubiera mantenido. Repito que en este país por desgracia el enchufismo y el tener un apellido, abre todas las puertas.
miércoles, 15 de mayo de 2013 a las 20:49